El hotel está ubicado en una zona céntrica, cerca de muchas atracciones de la ciudad, con una buena atención por parte del personal, pero de ahí a promocionarlo como un hotel “upscale”, están lejos de eso.
A pesar de que recibimos un upgrade a la hora de registrarnos, nuestra habitación tenía un olor permanente a cañería, con toallas viejas y curtidas. Un baño estrecho, con manchas desagradables en la ducha y mal oliente, y con un lavamanos atorado.
El desayuno es aceptable. No tienen plancha a disposición de los huéspedes, y para disfrutar de una bebida refrescante que te ofrecen en el minibar, debes salir a comprar una bolsa gigante de hielo para usar dos o tres hielos.
Y lo más increíble, muchos huéspedes colgaban su ropa interior, camisetas y shorts de las ventanas de la habitación.
A todo esto se le adiciona que se escucha todo el accionar de las habitaciones vecinas. Cuando los huéspedes de otras habitaciones se están duchando pareciera que lo están haciendo al lado tuyo. Muy difícil conciliar el sueño cuando escuchas los pasos, las puertas que se azotan, los diálogos y demás de los demás huéspedes cercanos.
Realmente falta mucho por mejorar en este hotel para promocionarlo como un cuatro estrellas y “upscale”.