Amabilidad del personal, atentos y dispuestos a ayudar siempre. El alojamiento una pasada, la única pega que no disponen de ascensor, ya que las instalaciones son un antiguo molino, pero los dueños siempre dispuestos a ayudar con el equipaje. Las vistas del hotel alucinantes, agua caliente al momento. Hemos estado muy cómodos y volveremos pronto