La habitación y el baño estaban limpios. El baño dispone de secador bastante útil para no tener que cargar con uno en la maleta. La tv plana con Netflix es otro punto a favor. La cama y almohada muy cómodas.
La zona es tranquila, sin ruido por las noches, salvo el fin de semana (viernes/sábado) que si había un poco más, pero se podía dormir y se estaba bien. El dueño muy atento en todo momento.
La única pega que le pondría es que hay que llamar a la puerta de la calle cada vez que quieres entrar al hostal. A veces nos daba apuro llamar si era la hora de la siesta o si era muy tarde por la noche, pero aún así bastante bien