Por empezar, no tenìamos el e-mail de la encargada para anunciar nuestra llegada, ya que la misma, no sabìa hablar ingles y no respondió a nuestro pedido. Tuvimos que pedirle a un primo- que habla italiano- que se comunique por nosotros. En segundo lugar, la recepción fue floja y confusa. La encargada del lugar estaba muy apurada al punto de no mirarnos a la cara y hacer otras cosas mientras nos hablaba. Por otra parte, quiso cobrarnos nuevamente la estadìa, por falta de información, tuvimos que pedirle que se comunique con la dueña porque ya habìamos efectuado el pago. La zona donde está ubicado el edificio es muy feo, por la noche se ve peligroso. Hay una plaza con gente extraña que desde la mañana hasta la media noche estàn haciendo ruido...a veces se sientan en la puerta del edifico aunque no molestan pero no es muy agradable.
La habitación tiene un aspecto viejo pero es confortable, hay wifi y la cama es cómoda. No tiene buena vista. El baño es compartido con las otras dos habitaciones y eso hace que uno esté limitado a la hora de querer usarlo. El dasayuno está bastante bien, no lo brindan en el mismo lugar, hay que trasladarse a un bar que queda a dos cuadras, la atención en el mismo es muy amable.