Estuvimos en otro riad, un poco alejado del riad del hotel. Fue un poco rollo por tener que ir a desayunar allí, pero merecía la pena porque ganamos en privacidad y la habitación era enorme y fantástica.
Como sugerencia de mejora les diría a Lamia e Ibrahim que pusieran zumo de naranjas naturales, tan fáciles de comprar en la medina.
Buena disposición de los dueños, eso es importante.