La habitación era amplia, pero la nevera no funcionaba. Aunque llamé para reservar mesa para comer, no lo habían hecho y ni siquiera se acordaban, menos mal quite había sitio. Cuando le dije lo de la nevera a un tal Javier me contestó que algunas habitaciones no funcionaba y que a nosotros nos había tocado una de ellas. Llevamos comida para lado escursiones y no pude dejarla en la nevera. Y otro punto desfavorable es que no íbamos con desayuno porque según nos contaron el desayuno era una cesta con magdalenas y galletas y café o infusión con pan tostado y todo por 5€ cada uno, cosa que me pareció cara. Y cuál es nuestra sorpresa que cuando desayunamos en la cafetería un café y unas tostadas con tomate nos cobran 7.50€. Un robo !! Por no mencionar en trato del tal Javier, cómo si fuéramos extraterrestres. No volveré