Muy buen hotel, tranquilo, con buen restaurante y situado en una zona tranquila de Rabat, al lado de la estación de tren.
El único inconveniente que le encontré fue que el anunciado parking gratuito son las tres plazas de aparcamiento situadas justo delante del establecimiento, aunque en mi caso fue agradablemente resuelto por el personal, quien me guardó la primera plaza que quedó libre.